Dentro de las diferentes fusiones e innovaciones gastronómicas que se gestaron en Estados Unidos como resultado de la mezcla cultural que sufrió durante inicios y mediados del siglo XX, una de las más icónicas creaciones fue la pizza estilo Chicago, popularmente conocida como Chicago Deep-Dish.
Este platillo fusión, inventado por inmigrantes italianos, tiene un origen debatido. Algunos dicen que nace en 1926 en el restaurante Rosati’s Authentic Chicago Pizza; otros aseguran que apareció por primera vez en 1943 en la pizzería Uno Chicago Grill por invento del dueño, pero otra versión es que en realidad fue inventada por un empleado del restaurante.
La deep-dish resalta de otras variaciones de pizza debido a su cocción en molde (similar a los de preparación de pasteles) o sartén profundo. En esta variación, la masa es aquello que abraza a las tres estrellas del platillo: la salsa de tomate, el queso mozzarella y la salchicha italiana. Si bien, estos ingredientes son base, no son los únicos
¿Cómo se hace?
La magia detrás del sabor de esta pizza no es complicada. Su elaboración comienza con una capa de masa la cual cubre todo el sartén, casi como si hiciéramos la capa base de cualquier pay; una vez cubierta se hace una primera ronda de horneado para asegurar su cocción. El uso de aceite en esta parte es esencial para lograr un borde crujiente.
Después se rellena con una gruesa capa de queso y salsa de tomate a la cual le agrega la salchicha italiana, y cualquier otro ingrediente que desees. Algunas versiones terminan con otra capa de queso, aunque dejarlo con la salsa encima es otra opción popular.
¿Se te antojó?
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