En el corazón de Querétaro, un espacio ha ido mucho más allá de ser un simple bar, posicionándose como un referente en la coctelería tanto a nivel nacional como internacional. Hablamos de Dodo Café Bar, que en su noveno aniversario celebra no solo su permanencia en la escena local, sino también su capacidad para enseñarle a su clientela el arte detrás de la coctelería.
En una ciudad donde las costumbres están profundamente arraigadas, como lo es la capital queretana, este bar ha logrado romper moldes, descentralizando una tendencia que antes solo pertenecía a los grandes bares de Ciudad de México. Su concepto innovador fue poco a poco conquistando paladares, y lo hizo de una manera inesperada: a través de la confianza.
Platicando con Laura Soria, co-fundadora de Dodo Café Bar, trae a la conversación recuerdos de cómo recuerda cómo en los inicios los clientes llegaban pidiendo tequila derecho o la clásica bandera. Pero en lugar de entregárselo sin más, el equipo de Dodo Café comenzó a hacer algo distinto. “Dábamos una prueba del mismo tequila, pero en coctel”. Así fue como el público comenzó a experimentar y descubrir nuevos sabores, abriendo su mente a nuevas posibilidades.
Este enfoque cercano, personalizado, y sobre todo, comprometido con ofrecer una experiencia única a cada cliente, ha sido clave para ganarse la confianza de los queretanos y de quienes visitan el lugar, logrando así que la coctelería ya no fuera un misterio ajeno sino algo cercano a casa y que a su vez brindara experiencias multisensoriales.
Sin embargo, el impacto de Dodo Café va mucho más allá de Querétaro. Su equipo ha logrado posicionarse entre los 10 mejores bares de Latinoamérica y el Caribe, además de figurar en el prestigioso listado de los 30 mejores bares en México en 2023 y 2024.
En este bar parroquial, cada bebida que preparan es una obra de arte, donde ingredientes cotidianos como la piña o el maracuyá se transforman gracias a técnicas vanguardistas que desafían las expectativas del consumidor. Para ejemplificar esto, traemos a la mesa la creatividad del “Noche Azul”, una versión clarificada de la clásica piña colada que llega en una presentación transparente, casi como agua, coronada con una espuma de coco y toques de espirulina. Dando como resultado un coctel que, aunque mantiene los sabores tradicionales, ofrece una experiencia completamente diferente, rompiendo paradigmas y sorprendiendo a quienes buscan algo nuevo.
Con nueve años de trayectoria, Dodo Café Bar no muestra señales de desaceleración, al contrario, su compromiso con la innovación y su pasión por romper fronteras los mantiene en constante evolución. Este aniversario no es solo una celebración de lo que han logrado hasta ahora, sino una promesa de que lo mejor está por venir.
