El arte de preservar los alimentos en temporada de calor

Algunos trucos para evitar la descomposición de los alimentos en el hogar.

El verano no solo trae consigo cielos despejados y tardes luminosas, sino también un invitado menos deseable: el riesgo latente de infecciones gastrointestinales. Con el termómetro en ascenso, los alimentos se convierten en frágiles obras de arte que exigen conservación meticulosa. Aquí, un decálogo para proteger la salud sin sacrificar el placer gastronómico, con información de la Mtra. Monserrat Rodríguez León.  

 

El éxito comienza con la planificación. Es necesario crear una lista semanal de menús y adquirir solo lo necesario. Los ingredientes frescos, como flores recién cortadas, deben consumirse en su prime: siete días como máximo para carnes, 24 horas para pescados si no viajan al congelador.  

 

Otro punto clave: antes de preparar, hay que observar. Un tomate con manchas o un lácteo con aroma dudoso merecen el destino del compost, no del plato. La intuición es el primer filtro contra bacterias como Salmonella o E. Coli.  

 

Algo crucial en todas las temporadas: lavarse las manos como si se preparara una obra maestra, con agua tibia y jabón neutro durante 20 segundos. En cuanto a utensilios, utiliza tablas de bambú para vegetales y otra de mármol para carnes. La contaminación cruzada es tan común como evitable.

 

 

Tras el mercado, sumerja las hortalizas en agua con vinagre (3:1), séquelas con paños de lino y guárdelas en bolsas de malla dentro del cajón vegetal. La humedad residual es enemiga de la frescura.  

 

Para mantener el orden, organiza el refrigerador como un archivo de museo: carnes rojas en la zona más fría (0-4°C), para consumir en 72 horas; pescados, en contenedores herméticos sobre hielo si se servirán al día siguiente. Todo lo demás, al congelador, pero nunca cerca de frutas, pues eso acelera la descomposición.  

 

 

Los restos de cocina merecen el mismo respeto que un platillo recién presentado. Enfríalos completamente y guárdalos en recipientes de vidrio con cierre al vacío. Congelados, durarán hasta ocho semanas sin perder textura.  

 

Un truco para la cocina: coloca una hoja de papel absorbente en los contenedores de vegetales para absorber el exceso de humedad. Y recuerda que un refrigerador no debe superar el 70% de capacidad, pues el aire frío necesita circular como el champagne en una copa.  

 

En esta temporada, proteger los alimentos no es solo ciencia, es cuidar de nuestra salud. 

 

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