No es ningún secreto que la gastronomía mexicana se considera una de las más ricas, diversas, apreciadas y celebradas del mundo. Nuestro vasto territorio permite un amplísimo espectro de técnicas y sabores, por lo que, desde Tijuana hasta Isla Mujeres, tenemos platillos para dar y reglar. Algunos de los alimentos más exóticos, sin embargo, son los que tienen como protagonista a los artrópodos más famosos de la zona, es decir, platillos de insectos, como los siguientes:
Gusanos de maguey: Estas larvas se crían en las pencas de ciertas especies de agave, y son una de las especies de insectos que más prestigio tienen en el panorama de la gastronomía nacional. Los gusanos de maguey son bien estimados tanto en un buen taco con salsa mocajeteada como dentro de un caballito de mezcal.
Ahuautle:
Dependiendo de la región, el ahuautle y los escamoles suelen pelearse el mote de “el caviar mexicano”. El ahuautle no es, por supuesto, hueva de pescado, sino del axayácatl, una especie de chinche de agua originaria del Valle de México, y que prolifera desde hace siglos en los lagos de la zona durante la época prehispánica. De olor penetrante y un sabor parecido al del camarón, suele prepararse en tortitas con huevo o bien, guisados con rajas, nopales y cilantro.
Jumiles: Los también llamados “chumiles” son chinches de campo, y están considerados como un verdadero manjar en zonas de Morelos y Guerrero, al punto de que, por ejemplo, en Taxco, durante noviembre se celebra el Día del Jumil. Los puedes probar en tacos o bien comprarlos secos y molidos para que los puedas agregar a una salsa de molcajete, lo que le brindará un sabor inigualable.
Chicatanas:
Estas hormigas son famosas en la región mixteca que comparten los estados de Puebla, Guerrero y Oaxaca. Son las reinas de las llamadas “hormigas arrieras”. Se recolectan durante los primeros días de lluvia, y son deliciosas si se preparan en una salsa y se acompañan de un trozo de queso en una tortilla. También las puedes comer en mole, directas en la masa de las tlayudas o bien como relleno de tamales.
Chapulines:
Los chapulines son uno de los platillos de insectos más famosos de la gastronomía mexicana. Además de ser sabrosos, contienen altas cantidades de proteínas y otros nutrientes. Aunque no lo creas, hoy en día existe un mercado en boga, al punto de que generar un turismo sustentable visitando los cultivos de chapulines. En Oaxaca es común prepararlos en una olla de barro, con ajo, cebolla y limón. Luego se les agrega sal y saltean en comal de leña, dejándolos listos para un buen taco.
Escamoles:
Los escamoles —del náhuatl “azcatl”, que significa hormiga, y molli, que significa guiso— son larvas de la hormiga güijera que se comen, gustosamente, desde tiempos prehispánicos. Las larvas suelen prepararse fritas con mantequilla y epazote, o bien preparadas en mixiote, huevo o mole, entre muchos otros guisos. Debido a que las hormigas escamoleras son bastante agresivas, y aunado a la dificultad de su reproducción, los escamoles suelen ser un platillo caro.