Esta es una escena icónica: Bruce Willis, con los pies ensangrentados, camina entre vidrios rotos mientras “Let It Snow! Let It Snow!” suena de fondo. Sí, hablamos de “Duro de Matar” (Die Hard), y sí, es una película de navidad.
Pero es justo este debate cinéfilo anual que nos revela una verdad escondida: el espíritu navideño no solo habita en comedias familiares y villancicos. Se esconde, a veces de forma siniestra o explosiva en géneros inesperados.
Así pues, hoy en Dapper Magazine te traemos la magia y la locura de diciembre, que está presente en algunos de los títulos más emblemáticos de la historia del cine.
La navidad como escenario
¿Qué hace que una película sea “navideña”? No siempre es el mensaje de amor y paz. A veces, es simplemente el escenario perfecto para contrastar la alegría con drama. El brillo de las luces y la falsa felicidad pueden resaltar la soledad, la hipocresía o el deseo de redención.
Este es el caso de “El apartamento” (1960), de Billy Wilder. Esta obra maestra considerada una de las mejores comedias de todos los tiempos transcurre entre fiestas de oficina y cenas de Nochebuena.
Jack Lemmon interpreta a C.C. Baxter, un hombre que presta su casa a sus jefes para sus citas, quedándose solo en la calle en plena festividad. Es un retrato agridulce y profundamente humano de la Navidad en la ciudad, lejos de los clichés más dulces.
¿Terror y acción?
Tal vez los dramas o comedias clichés de la época no son lo tuyo. Para quienes buscan más, el terror ha encontrado en la inocencia de las fiestas un contraste macabro pero irresistible.
“Gremlins” (1984) es el ejemplo por excelencia. ¿Un regalo navideño adorable? Por qué no. ¿Reglas que no deben romperse? Adelante. ¿Caos absoluto y criaturas malévolas arrasando un pueblo cubierto de nieve? Totalmente. Es una sátira sangrienta y divertidísima de la navidad familiar y comercial.
Si buscas algo más reciente entonces tenemos “Christmas Bloody Christmas” (2022), donde un Papá Noel robótico se vuelve asesino en Nochebuena.
Y como ya adelantábamos al inicio, “Duro de Matar” (1988) ya tiene su estatus de culto como película navideña. No es solo que la trama suceda durante una fiesta de empresa en Nochebuena. Es que la lucha de John McClane por rescatar a su esposa está plagada de referencias al espíritu de superación y reunión familiar, con algo de plomo de por medio.
Clásicos que no sabías que transcurrían en navidad
La lista de este tipo de películas es larga, pero esta es solo una pequeña lista.
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“El joven manos de tijera” (1990) culmina en una mágica y nevada secuencia navideña donde el personaje de Johnny Depp crea esculturas de hielo.
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La inquietante “Eyes Wide Shut” (1999), de Stanley Kubrick, está ambientada en la temporada festiva, usando las luces y las decoraciones para crear una atmósfera de sueños y misterios.
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Por último, el thriller psicológico “El resplandor” (1980) comienza con una entrevista de trabajo justo antes de las vacaciones, mancando el encierro invernal de la familia Torrance.
Así pues, esta Navidad puedes ampliar tus horizontes cinematográficos. Porque a veces, la esencia de las fiestas —la familia, la soledad, la esperanza, el caos— se capta mejor entre balas, risas negras o dramas humanos que entre villancicos. Pon una de estas, descubre su escenario secreto y brinda por un maratón que nadie más tendrá.
