El boom de los NFT entre 2021 y 2022 prometió revolucionar el arte, la propiedad digital y la inversión. Sin embargo, en 2025, el mercado es una sombra de lo que fue: colecciones icónicas como Bored Apes y CryptoPunks perdieron hasta un 52% de su valor, las ventas globales cayeron de $23 mil millones en 2022 a $8 mil millones en 2023, y el entusiasmo se desplomó.
Este reportaje de Dapper Magazine explora las causas del colapso, el estado actual y si los NFT podrían resurgir.
El auge de los NFT’s
Los NFT surgieron en 2017 con CryptoKitties, pero su explosión en 2021 fue impulsada por la pandemia, el consumo digital y la búsqueda de inversiones alternativas.
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Ventas récord:
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The Merge de Pak: $91.8 millones (diciembre 2021).
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Everydays: The First 5000 Days de Beeple: $69 millones (marzo 2021).
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CryptoPunk #5822: $23 millones (2022).
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Factor celebridad: Justin Bieber, Madonna y otros invirtieron en NFT, creando una ilusión de valor sostenible.
El colapso
Especulación descontrolada
Falta de utilidad real: El 95% de los NFT carecían de funciones beyond la propiedad digital. Compradores como el propietario del primer tuit de Jack Dorsey (vendido en $2.9 millones) vieron cómo su valor caía a $80 en reventas.
Inflación artificial: Proyectos como Evolved Apes ($2.7 millones robados en un rug pull) y colecciones derivadas sin innovación saturaron el mercado.
Problemas estructurales
Impacto ambiental: Las transacciones en Ethereum consumían tanta energía como “alimentar un estudio de arte durante dos años”.
Derechos de autor: Artistas denunciaron el robo de obras en plataformas como DeviantArt para convertirlas en NFT sin permiso.
Engaños y estafas: Phishing, contratos maliciosos y mercados falsos drenaron $27 mil millones de billeteras.
Macroentorno
Caída de criptomonedas: El colapso de Terra (LUNA) en 2022 y la recesión global afectaron la confianza en activos digitales.
Regulación incierta: La clasificación de NFT como “valores” o “coleccionables” generó vacíos legales y riesgos fiscales.
¿Los NFT’s siguen vivos?
Los NFT no están “muertos”, pero su era como activos puramente especulativos terminó. El futuro pertenece a proyectos que fusionen lo digital y lo físico (phygital), prioricen la utilidad y resuelvan problemas reales.
Para inversores, la lección es clara: la próxima vez que un “mono aburrido” prometa millones, pregúntate: ¿qué utilidad tiene beyond el hype?