En el basto mundo del cine, es común adaptar historias de otros medios como los libros, pero ahora contando con un lenguaje cinematográfico y en ocasiones, tomando libertades creativas para contar la historia.
Existe un continuo debate sobre si las adaptaciones cinematográficas pueden superar a los libros u obras originales en los que están basados. Con el paso del tiempo, hemos sido testigos de películas que no solo han igualado, sino que han excedido la calidad esperada.
En la siguiente lista te mostraremos obras que se ganaron los elogios de la crítica y espectadores por igual, todo gracias a que lograron expandir, interpretar y visualizar las historias de una manera que profundiza el impacto emocional y narrativo del material original.
“El Padrino”
Quien haya leído la novela “El Padrino” estará de acuerdo en que se siente casi como un primer borrador, y hay quienes aseguran que sí lo es. El autor Mario Puzo reconoció abiertamente que no es su mejor trabajo, pues lo escribió por la necesidad económica.
Puzo vendió los derechos de la adaptación cinematográfica a Paramount Pictures por 12,500 dólares. La cinta fue dirigida por Francis Ford Coppola, y en la escritura del guion tuvimos al propio Mario Puzo.
El autor afirmaba no saber nada de la escritura de guiones ni del lenguaje cinematográfico, pero, aun así, redactó los guiones de “El Padrino” I y II. El éxito de estas películas inspiró a Puzo a aprender a escribir guiones “reales”.
Su sorpresa llegó cuando, al consultar un libro sobre la escritura de guiones, la primera página dictaba: “Lector, si busca un ejemplo de guion perfecto, estudie el de ‘El Padrino’.”
Por otro lado, Coppola transformó por completo el proyecto, pues optó por rodar en locaciones reales para mantener la ambientación temporal de la novela, además, se simplificaron algunas subtramas para centrar la atención en la relación de Don Vito Corleone y su hijo Michael.
Unas decisiones creativas que resultaron acertadas, pues, la trilogía de “El Padrino” es considerada como una de las mejores en la historia del cine.
“Orgullo y Prejuicio”
La autora Jane Austen es una de las más adaptadas, pero la adaptación de Joe Wright de “Orgullo y Prejuicio” es una de las más icónicas, y también una de las que mejor ha sabido capturar el sentido del humor de la novelista.
En la película todo sucede muy rápido, pues de una escena a otra pueden haber pasado varias semanas, meses o hasta años, por lo que el espectador no tiene referencia exacta del tiempo.
Aun así, la película es bastante fiel al material original, tal vez para algunos lectores la adaptación solo tomó los momentos más importantes. Visualmente es hermosa, y los actores son lo que uno espera de Lizzie Bennet y Mr. Darcy.
“Casino Royale”
Publicado en 1953 por el escritor y periodista británico Ian Fleming, marcó el inicio de una saga exitosa. Fleming es conocido por su estilo de escritura, pues presenta frases cortas y contundentes, junto a una trama de espionaje que puede resultar no tan emocionante para los estándares actuales.
En 2006 se orquestó una cinta de “Casino Royale”, protagonizada por Daniel Craig, quien interpretó al agente 007. La cinta se tomó unas cuantas libertades creativas en cuanto a algunas subtramas y localizaciones.
Lo que si mantuvo intacto fue aquel ya mítico enfrentamiento en un juego de póker entre Bond y su antagonista, Le Chiffe. La película añadió más tensión y profundidad emocional a ciertas escenas.
“El Club de la Lucha”
Elegir cuál de todas las películas de David Fincher basadas en libros cuesta, pues tenemos “Perdida”, una película que es una carta a la novela de Gillian Flynn, retratando la psicología de un matrimonio en crisis.
Pero vamos a quedarnos con “El Club de la Lucha”, seguramente su película más icónica. A pesar de que el mensaje ha sido malinterpretado por los fans a lo largo de los años, no se puede negar que la adaptación supera al libro, según palabras del mismo Palahniuk.
Pues cree que su obra no tiene tanta consistencia como la de Fincher. “El Club de la Lucha” es uno de esos libros que se leen una vez en la vida, y hay que decirlo, le falta el dinamismo que se ve en pantalla.