Seguro has notado que, conforme los años pasan, tu piel va cambiando: comienzan a aparecer manchas, arrugas y signos de flacidez. Esto se origina debido al envejecimiento.
Existen dos tipos de envejecimiento: el intrínseco y el extrínseco.
- El intrínseco o cronológico está determinado genéticamente y es inevitable. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, cuando llega la menopausia, el bajo nivel de estrógenos se vincula con pérdida de la elasticidad e hidratación de la
- El envejecimiento extrínseco, es en el que nosotros podemos influir, ya que se vincula más con el estilo de vida y factores del entorno en el que
“Algunos factores que afectan la calidad de nuestra piel y favorecen el envejecimiento prematuro son la radiación solar, el tabaquismo, una mala alimentación, la contaminación ambiental y alteraciones del microbioma”, nos explica la Dra. María Eugenia Carvajal Dávila, Médico dermatóloga de MECDERMA Clínica Láser y nos detalla lo siguiente:
Radiación solar. Es responsable del 80 al 90% de los signos del envejecimiento, tales como arrugas, manchas y reducción en la elasticidad de la piel. Es fácil notarlo, si comparas zonas de la piel que no se asolean comúnmente como tus pies o abdomen, en comparación a la piel de tus manos o rostro, que constantemente están sometidas a la radiación solar.
La radiación UVA es la predominante y es capaz de atravesar el vidrio o las nubes; por lo que nos daña al manejar, en días nublados y, aun en interiores, al estar cerca de las ventanas. Esta radiación penetra a las capas más profundas de la piel por lo que se relaciona con el foto envejecimiento de la piel.
Por otra parte, la radiación UVB es más intensa, durante los meses de verano llega a las capas superficiales de la piel, por lo que es la responsable del enrojecimiento y quemaduras solares.
Ambas radiaciones dañan el ADN celular, por lo que se consideran agentes cancerígenos. Para limitar el daño causado por la radiación, limita la exposición solar entre las 12:00 y 4:00 pm, evita camas de bronceado y utiliza filtro solar diariamente en zonas foto expuestas.
Tabaquismo. Fumar se asocia con el envejecimiento prematuro de la piel debido al aumento de los radicales libres y a la reducción del aporte sanguíneo en la piel con acúmulo de toxinas y disminución de la oxigenación. La aparición de arrugas alrededor de los ojos, las llamadas “patas de gallo” y las arrugas en la zona supralabial – conocidas como el “código de barras”- son más frecuentes entre fumadores. El tabaquismo se vincula con el adelgazamiento de la piel, el enrojecimiento y aparición de venas pequeñas en el rostro, y la disminución en la producción de colágeno y elastina. La nicotina causa una disminución de la oxigenación de la piel y de otros nutrientes necesarios para su regeneración. Si lo que quieres es cuidar tu piel, lo más recomendable es que dejes de fumar, aunado a que previenes otras enfermedades.
Mala alimentación. Las dietas hipercalóricas, ricas en alimentos procesados y fritos, así como las bebidas azucaradas se han visto vinculadas con daño en la piel y empeoramiento de enfermedades como el acné, la rosácea y la dermatitis atópica. Una dieta no sólo es esencial para sentirte bien, sino para tener una piel sana con menor posibilidad de producir arrugas. Si quieres mejorar la calidad de tu piel, elige una dieta sana y balanceada rica en antioxidantes, pescados, vegetales verdes, frutas, legumbres y nueces. Además, limita el consumo de carbohidratos que se han relacionado con el acné y el envejecimiento prematuro.
La contaminación ambiental. La exposición a sustancias nocivas tiene efectos negativos en la piel, mediante la formación de radicales libres que dañan el ADN celular y favorecen la inflamación. Por esa razón, la limpieza diaria de la piel, para eliminar las toxinas que se encuentran en la piel, y el uso de sueros antioxidantes de vitamina C y resveratrol neutralizan los daños causados por los radicales libres.
Alteraciones en el microbioma. Todas aquellas bacterias que colonizan nuestra piel después de nuestro nacimiento, constituyen el microbioma cutáneo. En los últimos años, estudios han demostrado que disrupciones en las bacterias que habitan en nuestra piel se vinculan con enfermedades como el acné, la dermatitis seborreica, la rosácea, la psoriasis y el eccema atópico. Por esa razón, han aparecido en el mercado productos prebióticos y probióticos que ayudan a modificar nuestro microbioma y constituyen nuevas estrategias terapéuticas. Como recomendación, nunca debemos auto medicarnos, el uso de antibióticos siempre debe ser bajo prescripción médica y debe estar asociado al consumo de un probiótico.
La doctora Carvajal Dávila asegura que todo ese daño que le has causado a tu piel puede ser revertido con los tratamientos no invasivos de Hydrafacial que contienen componentes que contribuyen al rejuvenecimiento.
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