Durante dos décadas Christopher Nolan se ha convertido en uno de los más populares directores de cine en el mundo. Su estilo se centra en crear narrativas intrincadas que navegan un complejo entramado de hilos temporales. Con la nueva película del cineasta a punto de estrenarse, crece la especulación a partir de algunas pistas en el tráiler de la cinta y hasta en el mismo nombre TENET, porque spoiler alert: es un palíndromo. Se puede dibujar la idea del Protagonista avanzando en el tiempo, pero con la capacidad de reversarlo.
Ahora, ¿qué pasa cuando estos hilos temporales comienzan a doblarse sobre sí mismos, a seccionarse, enredarse o avanzar simultáneamente? En muchas de sus obras anteriores ha recurrido Nolan a este recurso. En Memento cuenta una historia que avanza desde los extremos hasta el punto medio, en Dunkirk sincroniza tres líneas narrativas de diferentes duraciones hasta llevarlas al clímax, y en Inception o Interestellar la relatividad del tiempo cobra una relevancia narrativa fundamental cuando se interpone entre los personajes y sus objetivos, estirándose y colapsándose sobre sí mismo de formas incomprensibles.
Esto es lo que el realizador británico hace tan bien, contar una historia que genera incertidumbre, que borra la noción del tiempo real de la mente del espectador, atrayéndolo a otro mundo magnéticamente. Si las acciones y objetivos de sus personajes son tan extraordinarios, entonces es coherente que sus historias tengan una construcción temporal extraordinaria. Es por eso que TENET promete ser una experiencia alucinante en la que los límites de la lógica se rompan frente a las posibilidades de la ficción.
El cine es, en sí mismo, una manipulación del tiempo, podemos saltar adelante y atrás en la vida de los personajes, ver múltiples días de intenso entrenamiento, a veces décadas de un amor imposible, o incluso avanzar milenios de evolución humana en un solo corte. Pero lo que el tráiler está dejando asomar, es un filme en el que El Protagonista no solo atraviesa las líneas temporales, sino que las toma en sus manos y las dobla como plastilina.
Indetenible, insondable, incomprensible, el tiempo siempre ha parecido ser la gran obsesión de Christopher Nolan. De alguna forma, el director podría haber vertido en el personaje encarnado por John David Washington lo que él mismo ha buscado incesantemente, la capacidad de controlar el tiempo. Siempre que el realizador toca un tema lo hace de forma original e impactante, y muchos esperamos con religiosa disposición para ver lo que ha logrado en esta ocasión. Si TENET significa, literalmente, principio ¿Hasta dónde podrá llegar la obra fílmica de Christopher Nolan? Aquel que conquistó el tiempo a través del cine.
