La salud sexual es un tema que, aunque incomoda a muchos, debe ser abordada con la misma naturalidad con la que hablamos de otros aspectos de nuestra salud. En una conversación con Luis Falcón, sexólogo clínico, exploramos las raíces de algunos problemas que preocupan a los hombres y descubrimos cómo el cuerpo y la mente juegan roles cruciales en la salud sexual. Entre las principales preocupaciones que descubrimos fue la de la disfunción eréctil, aunque él nos pudo dar una mayor precisión al compararlo con sus consultas.
“Tenemos dos tipos de dificultades en la consulta. Unas son las disfunciones sexuales y las otras son las dificultades sexuales. Todas se les conocen como disfunciones, pero sí hacemos una diferencia, porque las disfunciones sexuales se refieren justo a algún funcionamiento distinto, inadecuado respecto a alguna expectativa que es la de un funcionamiento y que obedece más como una causa orgánica en el cuerpo”.
El sexoterapeuta Falcón nos explica que en un primer instante es vital distinguir entre disfunción y dificultad sexual. La disfunción eréctil, generalmente asociada con hombres de 40 años en adelante, tiene mucho que ver con factores fisiológicos como el envejecimiento, cambios hormonales, y en algunos casos, efectos secundarios de medicamentos o cirugías. Estos factores son responsables de un cambio en el rendimiento sexual; a medida que el cuerpo envejece, la respuesta eréctil puede verse comprometida, y esto causa una preocupación legítima en muchos hombres que temen que su virilidad esté en peligro.
La disfunción eréctil no es solo un problema de los “mayores”.
Sorprendentemente, en los últimos 10-15 años, se ha visto un aumento alarmante de dificultades sexuales en hombres jóvenes, algunos apenas entrando en los 20 años. Estas dificultades no se deben a problemas físicos, sino a temas psicológicos, en especial como resultado de la ansiedad. La cultura moderna ha colocado una lupa sobre el rendimiento sexual, haciendo que los hombres se conviertan en sus propios jueces durante el acto. Este nivel de autoexigencia y vigilancia puede sabotear la respuesta sexual, resultando en erecciones insuficientes o discontrol eyaculatorio. Es una especie de círculo vicioso donde la presión por rendir perfectamente lleva a un bloqueo psicológico.
La ansiedad por el rendimiento se ha convertido en un factor clave que afecta la función eréctil en los hombres jóvenes. La constante preocupación por cumplir con ciertas expectativas y la autoevaluación durante el sexo generan un entorno mental que dificulta la relajación y el disfrute. Este fenómeno no solo se manifiesta en la cama, sino que también se refleja en la manera en que los hombres jóvenes interactúan con su sexualidad a diario. Para muchos, la búsqueda de perfección se convierte en una barrera que impide la conexión genuina con su pareja y consigo mismos, creando una desconexión entre el deseo y la respuesta física.
Entonces, ¿cómo saber si algún problema de disfunción o dificultad es físico o psicológico? El especialista no da una respuesta sencilla: ¿tienes erecciones matutinas? Si un hombre sigue teniendo erecciones matutinas regulares, es probable que su sistema funcione bien y que el problema esté más en la mente que en el cuerpo. Este simple indicador ayuda a los médicos a identificar si hay una disfunción fisiológica subyacente o si la raíz del problema se encuentra en factores emocionales o psicológicos. Sin embargo, siempre consulta a tu urólogo de confianza para realmente descartar cualquier problema médico antes de enfocarse en el aspecto psicológico.
Si todos los indicadores físicos son normales, el siguiente paso es abordar el problema desde una perspectiva psicológica. Aquí es donde entra la importancia de la terapia sexual y la consulta con un sexólogo, estos especialistas pueden ayudar a desenmarañar las creencias y ansiedades que están interfiriendo con la respuesta sexual.
Es fundamental que los hombres entiendan que ambos aspectos, tanto el físico y el psicológico, son igualmente importantes y que tratarlos de manera integral es clave para una vida sexual saludable y satisfactoria.
Recordemos que el cuerpo es un ente complejo, el cual para estar en su estado óptimo, requiere revisiones constantes y un acercamiento holístico a la salud. Comprender la conexión entre mente y cuerpo es esencial para abordar estos problemas de manera efectiva. Ya sea que se trate de un hombre en sus 40s lidiando con cambios hormonales o de un joven enfrentando las presiones de la sociedad, lo más importante es buscar ayuda, romper tabúes y entender que la sexualidad es una parte integral de nuestro bienestar general. Es momento de dejar atrás los miedos y enfrentar estos desafíos con confianza y conocimiento.
