Sándwiches alrededor del mundo: Le Croque Madame

Otra semana, otro sándwich del mundo, esta vez directamente desde Francia: el “croque madame”. Normalmente disfrutado como desayuno y joya de la gastronomía francesa, este sándwich lleva jamón ahumado cubierto de salsa bechamel. Pero no termina allí: se eleva con queso gruyère derretido y se corona con un huevo frito estrellado para un final perfecto.

El origen del sándwich es incierto, sobre todo el origen del nombre; se estima que el sándwich apareció por primera vez alrededor de 1910 en un café ubicado en el Boulevard des Capucines en París, Francia. Como es habitual, la receta ha evolucionado con el tiempo, no por sí misma, sino porque hay chefs que optan por prepararla con carne ahumada, carnes blancas como el pollo o incluso carnes rojas.

Incluso tiene una contraparte, el croque monsieur, que es exactamente lo mismo que el croque madame, solo que sin el huevo frito. Así que, esta preparación, que por cierto no requiere de mucha ciencia, es muy sencilla.

Croque Madame para una persona

• 2 rebanadas de pan de molde (la marca que prefieras)
• 4 rebanadas finas de jamón york
• 40 gramos de queso gruyère
• 25 gramos de queso gruyère rayado
• 100 mililitros de leche
• 7 gramos de harina de trigo
• 5 gramos de mantequilla
• Sal y pimienta al gusto
• 1 huevo
• 1 pizca de nuez moscada

Preparación

Para hacer una salsa bechamel, empieza calentando mantequilla en una sartén. Luego, incorpora la harina y revuélvela durante unos minutos para cocinarla ligeramente. Después, ve añadiendo la leche poco a poco. Es importante seguir removiendo constantemente para eliminar cualquier grumo que tenga la mezcla.

Salpimienta al gusto y deja cocinar a fuego bajo por diez minutos más y agrega una pizca de nuez moscada.

Para el sándwich, procede a tostar las rebanadas de pan, úntalos con una generosa capa de salsa bechamel y comienza a montar, en una rebanada coloca el jamón y el queso gruyère y cierra el sándwich para cubrir con más salsa bechamel y esparce el queso rallado.

Lleva el sándwich a gratinar por unos minutos. Mientras se dora, fríe el huevo en una sartén. Una vez dorado el sándwich, es el momento perfecto para añadirle el huevo frito por encima.

Listo, tienes un desayuno francés ¡Bon appétit!