Quizá te ha pasado que al ir caminando por una calle —la misma que sueles atravesar en automóvil—, de pronto esta se te presenta completamente diferente, casi irreconocible. Descubres locales, comercios y muchos otros sitios que no sabías siquiera que existían. Te percatas de los nombres de las tiendas, de las fachadas de los edificios y aprecias la arquitectura que antes te era indiferente, al punto de volverte un turista en tu propia ciudad.
Un fenómeno parecido sucede cuando viajamos a un lugar y lo recorremos por vez primera. Como bien dijo Agustín de Hipona, “una cosa es haber andado más camino y otra haber caminado más despacio”, lo que, en otras palabras, quiere decir que no importa tanto la cantidad como la calidad del viaje. Y una de las formas más disfrutables de viajar es hacerlo “de a pie”. No estamos sugiriendo que atravieses el desierto andando, por supuesto, pero siempre resulta más placentero y provechoso explorar un destino desde una perspectiva más cercana.
Para que la caminata en tus próximas vacaciones resulte inolvidable, te dejamos los siguientes tips:
Viajero preparado vale por 5: Una ampolla en el talón puede ser suficiente para arruinarnos la mejor de las aventuras. Ropa cómoda y un calzado adecuado hacen toda la diferencia a la hora de decidir si sigues o no avanzando.
Deja espacio para lo imprevisto: Si bien es útil —y hasta aconsejable— que tengas una lista de los lugares que te gustaría visitar, te recomendamos que dejes un espacio para la improvisación. Entra en esa galería que recién descubriste o come en algún lugar que te sugieran los oriundos. Pocas cosas más excitantes que lo inesperado y desconocido.
Anda por los capilares, no sólo por las arterias: Si bien las tiendas de lujo, los mejores museos y muchos de los atractivos turísticos suelen ubicarse en avenidas principales, no pierdas la oportunidad de adentrarte en pasajes y callejones. La verdadera esencia de las ciudades suele encontrarse en esos sitios, por lo que no te sorprendas de encontrar ahí muchos de los rincones más encantadores.
Habla con los pobladores:
Destino en donde te encuentres, te recomendamos empecinadamente que conozcas y entables diálogo con sus habitantes. Nadie como ellos para revelarte los mejores secretos que esconde su pueblo y/o ciudad, como por ejemplo, los restaurantes más sabrosos o el bar con mejor ambiente.
Detente, detente:
Parte del encanto de caminar es poder detenerse a placer y tan seguido como uno desee. Necesitarás descansar, por supuesto, y en estos lapsos de reposo hallarás el tiempo para realmente apreciar y disfrutar del sitio en donde te encuentras.
