El “Dream Team” fue inigualable; nada que venga después se podrá igualar a aquel equipo que cambió la historia del baloncesto para siempre en Barcelona 1992.
Estamos a mitad de los Juegos Olímpicos, y probablemente has oído que ningún equipo podrá igualar tal hazaña, ni siquiera Lebron James en París 2024 podrá tener el impacto que Michael Jordan tuvo con el “Dream Team” en Barcelona.
Antes del Dream Team
El baloncesto debutó como disciplina olímpica en Berlín 1936. Desde entonces, Estados Unidos ha demostrado ser una superpotencia en este deporte, obteniendo siete medallas de oro consecutivas.
No fue hasta Múnich 1972 que el equipo de las barras y las estrellas sufrió una derrota en la final contra la Unión Soviética, marcada por la controversia; y en Seúl 1988, ganar el bronce representó un duro golpe para Estados Unidos.
El equipo olímpico de Estados Unidos estaba conformado por jugadores universitarios, que, aunque era un buen nivel, estaba quedándose lejos del éxito de años anteriores.
Estados Unidos se preparaba para volver a la gloria olímpica, y la cosa se puso seria cuando el Comité Olímpico Internacional y el Comisionado de la NBA intervinieron en una votación de la FIBA que permitiría a las estrellas de la NBA representar a su nación.
Reúne a los mejores
El equipo estelar, con figuras como Michael Jordan de los Chicago Bulls, Larry Bird de los Boston Celtics y Magic Johnson de los Lakers de Los Ángeles, tuvo que demostrar lo que valía para ganar su lugar en Barcelona 1992.
Se midieron contra lo mejor del continente Américano, donde solo los cuatro primeros se clasificarían para los Juegos Olímpicos. En ese torneo, el Dream Team dominó a sus rivales de manera aplastante.
Doce mega estrellas en Barcelona
El aura que transmitía el Dream Team no tenía comparación; doce mega estrellas que llegaron a una Barcelona renovada en busca del oro olímpico. Estos jugadores gozaban de varios privilegios, como el de no alojarse en la villa olímpica, sino en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Incluso Michael Jordan tenía el lujo de jugar golf durante el día antes de dirigirse al estadio olímpico por la tarde.
Durante Barcelona 1992 el Dream Team hizo un promedio de 117 puntos por juego, superando por más de 40 puntos a sus rivales. Incluso el entrenador Chuck Daly no pidió ningún tiempo muerto durante el torneo, pues no había nada que reprochar al equipo.
En realidad, el encuentro más reñido que tuvieron fue en la final contra Croacia; a pesar de haberse enfrentado previamente en la fase de grupos, la final fue aún más competitiva, finalizando con una diferencia de 35 puntos.
Son doce los jugadores del Dream Team, de las cuales diez fueron nombrados en 1996 entre los 50 mejores jugadores en la historia de la NBA.
Lo mejor que hay, lo mejor que hubo y lo mejor que habrá jamás
Se dice que es incomparable porque antes no había nada similar, así que ver a las grandes estrellas de la NBA en los Juegos Olímpicos era como un sueño hecho realidad.
Los jugadores olímpicos eran principalmente universitarios, por lo que no podían considerar al Dream Team como sus pares. Eso nunca se repitió, ya que ahora muchos países tienen jugadores con experiencia en la NBA.
Charles Barkley expresó: “Es una sensación surrealista. Venimos a ganarles y ellos solo quieren tomarse una foto con nosotros”. La medalla de oro para el equipo era algo inevitable.
El Dream Team hizo que la popularidad de la NBA y del baloncesto llegaran a globalizarse, permitiendo que niños de todo el mundo soñaran con jugar al baloncesto, engrandeciendo así el legado de Michael Jordan.
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