Tuvimos la oportunidad de charlar con Mariana Ochoa, una mujer encantadora que no necesita presentación. Nos platicó sobre su exitosa gira con OV7, su salud y su faceta de empresaria.
OV7 extendió su gira con fechas para Estados Unidos, además de que han sido sensación en el Auditorio Nacional, en Monterrey y Guadalajara.
¿Cómo ha estado tu salud después de tener COVID?
Bien, la verdad. Sólo tuve dos secuelas extrañas. Una es un poco de sinusitis y sigo con lavados nasales en la noche a pesar de que ya han pasado varios días, la otra es inflamación de articulaciones, esa nadie se la sabía. Tuve que ir a fisioterapia, me tuvieron que inyectar. Pero ya todo en orden, di tres conciertos en Guadalajara gracias a Dios.
El COVID deja secuelas y depende de la variante que te dé, son las secuelas que uno sufre. Pero me fue bastante bien.
Después de tanta espera con la gira, ¿cómo has sentido que se ha desenvuelto después de tanta expectación?
¡Padrísimo! La verdad es que no imaginábamos cuáles iban a ser las reacciones del público y estamos sorprendidos de que la gente no se sienta desde la canción número uno. Cantan absolutamente todo, son treinta años de canciones, de música, de baladas y ha sido una experiencia increíble. Muy agradecidos también por los resultados, por los conciertos. Se va a abrir una nueva fecha en Guadalajara, una en Monterrey.
¿Cómo te has sentido de volver a ver a esta generación OV7?
¡Me encanta! La verdad es que lo que todos pensábamos era justo eso, ver a la generación OV7, pero parte de las sorpresas que no esperábamos fue ver a la generación OV7 con sus hijos. Esto, a final de cuentas, es un show familiar. La gente lo sabe, todos los que crecieron con nosotros. Antes éramos niños y nos llevaban nuestros papás. El que nuestra generación pueda disfrutar de nuestra música con sus hijos, para nosotros se ha vuelto un privilegio, así como ver nuevas caritas, niños como de la edad de mis hijos.
¿Cómo sientes que ha cambiado la dinámica de OV7?
Han sido tantos años de trabajo, que más bien la pandemia nos paró y ahí, fue raro el encierro de cada quién en sus casas. Pararon los ensayos y ya llevábamos como un mes ensayando. A nivel profesional fue difícil pero a nivel personal también. Es muy chistoso porque pareciera que fuera un botón ON-OFF, arrancamos y vuelve a ser la misma dinámica, las mismas risas, la misma disciplina y el mismo profesionalismo. De repente cuando acaba una canción y vemos que la nueva coreografía está lograda, se nos enchina la piel, son las mismas lágrimas, ¿me explico?
En este momento de tu carrera, ¿en qué estás enfocada?
En estos momentos estoy enfocada en la gira de OV7. Es un evento que implica mucha responsabilidad, mucho entrenamiento, mucho enfoque. Es por eso que cuando vino la pandemia nos costó tanto trabajo retomar el proyecto. No porque algunos no quisieran, sino porque por la pandemia cada uno tuvo que tomar diferentes agendas, sobrevivir en su casa.
Es un proyecto que requiere el 100%. Claro que sigo siendo mamá, claro que sigo teniendo Disfraces de peli, que ahorita viene la temporada. Pero lo más complicado fue el arranque, los cuatro meses de baile, de entrenamiento, pues ya lo logramos. Estamos felices con los resultados, la gente lo agradece, gracias a eso se están abriendo nuevas fechas.
Yo creo que no nos permitiríamos hacer una gira sin la calidad que OV7 siempre ha demostrado y eso requiere responsabilidad, tiempo y mucho esfuerzo. Profesionalmente no pienso tomar otro proyecto mientras dure la gira.
¿Qué es para ti el otoño?
Para mí el otoño se ha vuelto Halloween y Día de Muertos. Llevamos ya trece años en disfraces de peli, una época de muchísimo trabajo. Somos una tienda que está abierta todo el año, lo cual le causa mucha confianza a la gente.
Los niños se disfrazan todo el año, hemos puesto de moda también fiestas temáticas, graduaciones temáticas, hasta bodas temáticas. Nos preparamos todo el año.
Sí trato de hacerme el tiempo para que mis niños amen el Halloween igual que yo. Vamos a las fiestas de los niños, a las fiestas de la escuela, las fiestas que organizamos también las mamás. ¿Cómo dicen? En casa del herrero, azadón de palo. Los primeros Halloweens eran tanto trabajo que no me daba tiempo de ir a las fiestas. Entonces dije: No, esto no es el Halloween que yo construí. Por eso, hoy en día me doy el tiempo de tener también mis fiestas para disfrutarlo, para trabajarlo.
Para mí, mi otoño se ha convertido en Halloween y Día de Muertos.