Existen muchas prácticas para lograr una vida más amigable con el medio ambiente y para lograrlo el ser conscientes y estar bien informado es el arma más poderosa.
Basta recordar que el pasado sábado 22 de agosto la Tierra llegó a su sobrecapacidad natural, lo que significa que acabamos con todos los recursos naturales que la Tierra regenera cada año.
Recae en nosotros la responsabilidad de nuestro consumo y manejo de desperdicios, por eso te tenemos algunos hábitos básicos y funcionales que nos benefician a todos. El principal y más importante es separar la basura; papel, cartón, latas, PET, envolturas plásticas y desechos orgánicos pueden ser fácilmente reciclados si son separados y manipulados correctamente.
Los primeros cuatro son los más sencillos, ya que con resguardarlos y llevarlos limpios al sitio correcto es suficiente. Existen muchas personas que se dedican a la recolección de estos materiales para beneficiarse económicamente de ellos.
Las envolturas plásticas de un solo uso funcionan como relleno de ecoladrillos (botella de PET rellena de envolturas). Estos son recolectados por organizaciones para la construcción de casas con propiedades térmicas y un menor impacto ambiental.
Por último, los desechos orgánicos, estos van directo a la composta o lombricomposta y más tarde podrán ser utilizarlos como abono para plantas. De esta manera pueden ser fácilmente reincorporados al planeta y evitar la producción de gases y compuestos tóxicos que se originan al combinar sus moléculas con otros materiales en rellenos sanitarios.
Depende de nuestras prácticas la mejora de nuestro ecosistema, podemos comenzar por analizar la cantidad de basura que producimos por día, semana, mes y así incentivar en nuestros hábitos diarios la responsabilidad de evitar artículos de un solo uso, contribuir al aprovechamiento de materiales con el fin de extender más su vida útil para disminuir la sobrexplotación de recursos y nuestra deuda acumulada con la Tierra.
