El felices para siempre puede que no sea tan fácil como parece. Los noviazgos largos y, más aún, los matrimonios pueden atravesar muchas crisis, cuyo proceso provoca desgaste mental y emocional, pero que de superarlas los hacen más fuertes. Actualmente, una de las adversidades más comunes, pero menos habladas es la disminución de los encuentros eróticos.
En nuestra sociedad el sexo tiene un peso preponderante, se espera que en una relación “saludable” los encuentros sean constantes y apasionados. No solo eso, asociamos esta intensidad erótica con el amor o la conexión entre las parejas, casi como una unidad de medida. Por ello cuando comenzamos a detectar una disminución en el deseo y una consecuente baja en los encuentros sexuales, la angustia se hace presente y preguntas tortuosas llegan a nuestra mente: ¿Y si ya no le gusto? ¿Y si hay alguien más? ¿Por qué si todo parece estar bien no logramos recuperar esa chispa?
Pero la sexualidad y las relaciones de pareja son mucho más complejas. Para empezar, es indispensable entender que los vínculos tienen distintas etapas y el deseo se comporta diferente en cada una de ellas; tal como nos explicó la reconocida sexóloga y psicóloga, Fernanda Zárate.
“La realidad es que no es lo mismo cuando iniciamos una relación de pareja, que tenemos esta euforia del propio enamoramiento, que tenemos este cóctel neuroquímico que hace que tú quieras estar pegada a esa persona”.
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El inicio de una relación está cargada de hormonas y de la euforia propia del enamoramiento. Suele darse en entornos separados , por lo general, cada uno de los implicados viven en su propia casa y tienen una rutina aparte. Esto implica que sean menos los momentos en los que se pueden ver, disfrutar de su intimidad y tiempo a solas. Es por eso que cuando se dan las oportunidades la pasión y deseo se desbordan, detalló la especialista.
Al pasar de los años las rutinas se van mimetizando, lo más común es que vivan juntos y comiencen a adquirir mayores responsabilidades en conjunto, hasta concretar un matrimonio. Entre las labores del hogar, el trabajo y los hijos -en caso de que los haya- el tiempo y la energía van menguando.
“La rutina y la costumbre son elementos de una relación de pareja, y también nos hablan de estabilidad, pero hay parejas a las que la rutina sí les saca de onda, porque socialmente nos han dicho que la rutina es lo peor”.
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A lo que los especialistas denominan enamoramiento, esta fase inicial tan emocionante en una relación, dura entre 6 meses y tres años. Luego se transita a una relación más estable y no por ello con menos amor, al contrario existen lazos más fuertes. En este periodo inicial es más probable que el deseo se comporte de forma espontánea. Es decir, primero sientes el deseo y luego esa sensación desencadena la excitación necesaria para llegar al encuentro erótico, como nos detalló la sexóloga. Sin embargo, el deseo se puede transformar y llegar a lo se conoce como “deseo responsivo”, el cual implica que primero se de la excitación y posteriormente el deseo.
Así que si tu y tu pareja están atravesando por un periodo difícil en su vida sexual lo más importante es conservar la calma y sacudirse todas las imposiciones sociales. Cada individuo y vínculo es diferente, la cantidad de encuentros sexuales no tienen nada que ver con la satisfacción y la calidad de las mismas, recordó Zárate. Quien además enfatizó en evitar las comparaciones.
A lo largo de EROS, nuestro especial de sexualidad encontrarás una gran cantidad de artículos y recomendaciones que te ayudarán a conocer mejor este tema y a cuidar de tu vida sexual. Sin embargo, te recordamos que lo más importante es visitar a los especialistas, ya sea para disipar dudas o para atender asuntos en concreto un sexólogo calificado con una base de psicología o medicina es fundamental.
¡Cónoce más de Fernanda Zárate!
