El consumo de ropa ha incrementado en la última década. Según datos de la Unión Europea, el consumo de ropa por persona ha aumentado un 40% desde los años noventa. De acuerdo a un estudio que presentó la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo en el año 2021, el segundo lugar en las industrias contaminantes se lo lleva la industria de la moda.
En el desierto de Atacama podemos ver los daños de este consumo excesivo. Son 39,000 las toneladas de basura que ha dejado ropa que no se compra en Berlín o en tiendas exclusivas de Estados Unidos. Tristemente, este no es el único basurero de fast fashion que existe en el mundo.
Una de las mejores opciones para los amantes de la moda es recurrir a tiendas con artículos de segunda mano. Extender la vida de las prendas, implica una segunda oportunidad para una pieza, pero también para el planeta.
Necesitamos aprender a elegir prendas de calidad y no en cantidad. La fast fashion está fabricada con materiales de tan baja calidad que duran muy pocas lavadas, es algo que podemos ver desde la confección en sus costuras.
Los trends pasajeros en moda fast fashion duran lo mismo que los trends de internet. Esto provoca la compra excesiva de prendas que, más que abogar por un estilo personal, se inclinan por lo desechable.
En cambio, las prendas vintage y el trabajo artesanal de las casas de diseño se han enfocado en la calidad en cada etapa de la creación de sus colecciones.
¿Cómo podemos ser más responsables con nuestro consumo?
En primer lugar, necesitamos ser responsables con las cosas que adquirimos, preguntarnos si vamos a utilizar una prenda las suficientes veces como para hacer valer los 200 años que existirá en el planeta.
Esto podría implicar una reducción en nuestro consumo de ropa, pero podemos hacer más todavía. No sólo es reducir la calidad, sino aumentar la calidad de lo que tenemos en nuestro clóset. Entre menos desechable, mejor.
¿Toda la ropa de segunda mano es igual?
La respuesta corta es que no. Sin embargo, pensemos en las razones. Una prenda de segunda mano puede disminuir el impacto ambiental al reemplazar a una nueva, pero si no es una pieza durable sólo aplaza el proceso de consumo un par de meses. Al romperse, será necesario adquirir una prenda de nuevo.
Es por ello que la mejor alternativa es la compra de ropa de calidad. No sólo estamos dándole vida más larga a una pieza, sino que estamos evitando su reemplazo en el futuro. Podemos recurrir a tiendas de segunda mano de productos vintage y disminuir nuestra huella de carbono.
En Vende Tu Closet, esta filosofía es posible. Hay un abanico de opciones para comprar accesorios exclusivos, entendiendo que reutilizar es una herramienta ecológica.
Si te interesa el tema, sigue a Vende tu closet.
